Las carencias emocionales pueden provocar que las personas coman en exceso

06.04.2013 20:21

 

 Las causas de la obesidad podrían estar directamente relacionadas con dificultades afectivas.

El padecimiento podría ser el reflejo de una canalización de emociones negativas a través de la comida y la generación de una protección inconsciente del mundo a través de la grasa que rodea su cuerpo, coinciden algunos científicos.

“Simbólicamente la grasa protege de las agresiones externas. Muchas veces esconde un abuso sexual o la incapacidad de ejercer la sexualidad”, explica Larissa García, de la Sociedad Psicoanalítica de México.

Marco Murueta, de la Asociación Mexicana de Alternativas en Psicología, coincide.

“Lejos de ser la ingesta excesiva de calorías el único problema que une a los obesos, lo es también una carencia emocional”.

La obesidad es un problema que se ha agravado en las últimas décadas. México es el segundo país más obeso del mundo, detrás de Estados Unidos.

Para los expertos, esto no significa que seamos más débiles emocionalmente, sino que el mundo ha cambiado de forma acelerada, presentando cánones de belleza irrealizables, acelerando el estilo de vida frenéticamente, cambiando de manera radical la alimentación y encerrándonos en una lucha en la que el ganador será el más competitivo.

Una terapia para perder peso implicaría entonces para quienes tienen esta condición, una “reorganización de sus códigos emocionales”.

Arcelia Solís, investigadora de la Facultad de Estudios Superiores de Iztacala, señala que “para algunos, comer y hacerlo en exceso es la manera de ‘anestesiar’ la parte emocional”.

Para el antropólogo cultural Clotaire Rapaille, quien se dedica a descifrar la manera en que los humanos vivimos y actuamos, el asunto se reduce al enfoque.

“¿Por qué muchos de nosotros somos obesos cuando sabemos que la gordura es un problema?”, se pregunta el autor de El código cultural. “Porque la gordura no es un problema. La gordura es una solución.”

Rapaille explica que el detonante de un estado de obesidad es un deseo de retirarse.

¿Retirarse de qué? “De la competencia desaforada por adoptar una identidad fuerte (como una persona con sobrepeso) sin tener que luchar por ello, de pasar de activa a pasiva. Ser gordos nos permite saber qué somos (gordos), por qué nos sucedió (la abundancia excesiva de comida que consumimos “a la fuerza”), quién es el culpable (McDonald’s o algún restaurante de comida rápida que “nos obliga” a tragarnos su comida) y lo que es nuestra identidad (ser víctima)”, escribe en su libro.

 

 

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